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martes, 31 de mayo de 2011

EL TIEMPO PENSANTE

En un principio, en este momento, siempre, ayer y mañana, pasado y futuro,... son los términos en que se desarrolla la experiencia humana. No es el tiempo el que surge de la existencia del espacio sino, al contrario, es el espacio la consecuencia del tiempo. Por tanto, el tiempo es el ORIGEN de lo que se manifiesta y lo que no, lo que convierte un punto en un concepto inabarcable, incomprensible, aquello que relaciona el todo y la nada. 

La expresión de conceptos mentales se establece a partir un diálogo interno ausente de formas. Se trata de un lenguaje exento de ideología y de juicio, un debate en torno a la propia naturaleza del acto de pensar, de sentir y de materializar el pensamiento. Todo lenguaje utiliza códigos con una relación significante-significado. El lenguaje escrito es conciso y, de esa concisión, surge la interpretación debido a la valoración que se hace de cada uno de los términos que se utilizan. Dado que dicha valoración es subjetiva, en función de parámetros de experiencia personal, la ecuación de la que surge la REALIDAD arroja diferentes resultados para cada indivíduo, consecuencia del valor que cada uno asigna a dichos parámetros. La abstracción, en este caso, se dirige a una síntesis sobre percepciones subjetivas resultado de una VISION INTERIOR. Dicha visión surge de la reflexión, en este caso, sobre conceptos asociados al proceso de pensamiento mismo.

La quietud del uno es perfecta. Todo aquello que difiere de ese eterno estado de quietud no lo es. Por tanto, o bien DIOS ES IMPERFECTO o bien DIOS NO ES EL TODO o ambas cosas a la vez. Entonces ¿que es DIOS? Simplemente, aquel concepto que contiene lo máximo que somos capaces de abarcar con nuestro entendimiento. 

Todos y cada uno de los conceptos se observan desde varias perspectivas de forma simultánea. Por tanto, también se intentan representar de esa misma forma. Por un lado, aparece una imagen mental, una EVOCACIÓN resultado de una interacción entre el experimentador y una situación experimentada, un paisaje, unos colores, etc que producen una reacción emocional reconocible asociada a esta imagen, que se convierte en una metáfora subjetiva. Por otra parte, existe un cierto condicionamiento originado por el entorno en que se produce la experiencia que tiene una influencia en la valoración de lo experimentado, códigos sociales, intelectuales, la misma actualidad, etc. Estos códigos aportan un contenido simbólico a la expresión gráfica, el carácter duro o fluido del trazo, la forma de las manchas o la propia definición de sus límites. Por último, existe un contexto mental en el que todo el proceso se lleva a cabo. Este aspecto queda reflejado en el proceso de elaboración de la obra que es una expresión de la oscilación entre dos polaridades, que expresan el cambio contínuo a modo de péndulo entre dos fuerzas, opuestas y complementarias al tiempo, que generan el movimiento.

El primer movimiento es una onda pulsante desde lo infinitamente pequeño que no sale de sí mismo, es potencialidad pura, es una mente que desea tener conciencia de sí misma. Parece ser que somos el resultado y el instrumento de ese deseo. Pero ¿cual es la actividad de una mente? ¿acaso la materia? NO! la única posibile actividad de una mente es pensar o no pensar (si no pienso, no existo). Por tanto, la actividad de la mente es el pensamiento y ¿que es el pensamiento sino movimiento de la mente, cambio? ¿puede haber movimiento sin tiempo? El tiempo está en la naturaleza de la MENTE y en su actividad, el pensamiento. De hecho parecería que el tiempo es la misma esencia de la mente o, en última instancia, la mente misma. Obviamente, no se trata de un tiempo lineal ni secuencial, sino de un tiempo con una cualidad consciente. Aquello que proyecta la mente es un pensamiento, por tanto no somos otra cosa que pensamiento, TODO ES MENTE

Si la cualidad de la mente es la consciencia, el producto de la consciencia debe ser asimismo consciente, en mayor o menor medida, puesto que no interviene ningún otro elemento en la fórmula. TIEMPO Y CONSCIENCIA son los únicos componentes de la mente en cuanto a potencialidad pura. La potencialidad colapsa en manifestación por un acto de la VOLUNTAD, resultado de la INTENCIÓN  que es como se ejercita el DESEO. El deseo es el resultado de la actividad o movimiento de la mente, el PENSAMIENTO.

La pintura expresa implícitamente, conceptos como el Mentalismo, la Vibración o movimiento, la Correspondencia, la Polaridad, el Ritmo, la relación de Causa y Efecto y la Generación a partir de los principios masculino y femenino, todos ellos herencia de la doctrina hermética, al igual que los conceptos chinos de Yin y Yang, la física cuántica y algunos principios que figuran en culturas tan dispares como la Budista o la Maya, estos últimos más asociados al componente cromático, dando como resultado el conjunto de obras que aquí se presenta.






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