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lunes, 5 de noviembre de 2012

IKEA JOB II


Continuando con las indagaciones anteriores, vamos ahora a estudiar un aspecto de la GEOMETRÍA  a través de la DECONSTRUCCION de la forma. 

 

La envolvente cuasi cúbica de la mesa LACK se distorsiona al perder cohesión con una de sus esquinas y el fragmento se desprende ingrávido cual pieza de puzle (ocultamos la tramolla estructural en la parte inferior del tablero). 



Sin embargo, el punto de apoyo que desaparece se regenera de nuevo anclando el fragmento que se desprende al suelo.



La pieza que se desplaza nada en una sopa de plasma mental, por tanto, el efecto cuántico de la intención tiñe de color y textura la parte afectada del objeto. De nuevo aparece un objeto físico, una vieja tijera oxidada, que se convierte en metáfora de la evidencia y expresa un instante el proceso dinámico de deconstrucción.



viernes, 2 de noviembre de 2012

IKEA JOB

El trabajo que a continuación se expone es una reflexión sobre la naturaleza efímera del mundo. No deja de ser algo especulativo, tal vez superficial... en apariencia, pero eso es también parte del mensaje que contiene.


He buscado un soporte que exprese estos "valores", apariencia, utilidad, economía, consumo, transitoriedad,  produccion de masas, ausencia de contenido real, carencia de valor, carencia de espíritu, falta de identidad, ... etc y podríamos seguir, es decir, NUESTROS "valores" actuales. Al tiempo, he intentado incorporar y superponer unos valores alternativos y ver qué ocurre. Es un juego, un experimento, un divertimento inocente. 

Tomamos una mesa LACK de IKEA de 4,99 € en color blanco. El artículo consta de 9 piezas, un tablero de 50x50, cuatro patas y cuatro tornillos con doble rosca para el ensamblaje de las anteriores. Las piezas son huecas de cartón plastificado con unos tacos de madera aglomerada en los puntos de ensamblaje que le proporcionan "rigidez" y "resistencia". El conjunto resiste mis 75 kg en carga estática, es decir, para ser de cartón no está mal. Lo primero que me vino a la mente fué "le sobra una pata...", así que adapté una pata de una vieja mesa que compré en una chatarrería "ahora sí que tiene personalidad. Esto va a quedar de cine con un poco de lija y una buena pátina" y respiré. Luego pensé "esta mesa no tiene corazón" así que le puse uno, custodiado en una caja... con su correspondiente llave, por supuesto. Un corazón no se puede entregar a cualquiera ¿verdad?


Finalmente, observando la inmaculada superficie plastificada y satinada me dije "demasiado frío, debe ser algo mas visceral...". No sé porqué acabé colgándola de la pared, no fuera que alguien pensara que era una mesa.