(*) He preferido separar en otra entrada este contenido por una cuestión de coherencia.
Desde mi punto de vista, creatividad y acción están intimamente ligadas. La urgencia de la acción es el detonante de la atención, la concentración en algo, situación o cosa. Las facultades superiores de la mente solo son accesibles en momentos en que la atención se encuentra focalizada en el presente. Por tanto, se requiere necesariamente de esa "ausencia" ó evasión del mundo periférico, de la memoria ó impronta temporal de la mente y de los deseos ó proyecciones, pues todo ello obstruye los canales de entrada e impide la llegada de "lo nuevo" que es lo que pretendemos.
Esto quiere decir que la creatividad es una facultad de la inteligencia y la memoria es un obstáculo para la misma. Esta afirmación tiene sus implicaciones, si se sabe comprender. Es decir, el ser humano inteligente es aquel que renuncia a su memoria, pues esta contiene todas las estructuras acumuladas de su condicionamiento, todo el sufrimiento, las lecciones de sus maestros, las religiones, las ideologías... toda la basura que impide a la inteligencia brillar. Esta basura adquiere entidad propia y se materializa en algo que nos parece corpóreo, sólido y con capacidad de obrar, lo cual es una ilusión, la ilusión de lo que llamamos YO-MI-MIO ó EGO. Es la basura que confundimos con lo que somos. Visto de esta manera es repugnante ¿no es cierto? ¿por qué, entonces, nos esforzamos por defender tan behementemente esta estructura como si nuestra vida dependiera de ello? Si, precisamente, nuestra vida depende de algo es de saber re-conocer como somos manipulados por esta estructura que es imprescindible disolver sin demora, con el fin de liberar la inteligencia.
El acto creativo es la expresión del alma a través de la materia. Supone la capacidad de elegir opciones que no proceden de nuestra experiencia y tampoco de nuestro conocimiento ¿de dónde pues? Esas posibilidades no surgen de la nada, pues la nada, nada contiene. El campo de posibilidades ciertamente debe existir. Este campo no es ni propio, pues no nos pertenece, ni ajeno, pues se manifiesta a través nuestro. Emerge directamente de lo inconsciente a lo consciente. Sin embargo, puesto que al surgir se manifiesta en coherencia con la consciencia colectiva, este inconsciente debe ser asímismo colectivo ó esto no ocurriría. El inconsciente tiene un aspecto personal y un aspecto colectivo, pero ambos "nadan en la misma sopa energética" por decirlo de algún modo.
La creatividad es la capacidad de obtener recursos ilimitados de un campo infinito de posibilidades, siempre disponible. Pero no se trata de una capacidad que se desarrolle a partir del pensamiento racional, pues éste se limita a revolver en el desván de la memoria, entre "trastos usados". El acceso a este campo se habilita con una intención sentida, no pensada. El pensamiento bloquea el acceso a la solución creativa de la misma forma que el colesterol las arterias y, sin embargo, es imprescindible pues, sin un esfuerzo racional previo y el consiguiente agotamiento, no hay rendición de la mente, no hay vacío y no hay posibilidad de sentir con intención. Aquello que ya está lleno, no puede ser llenado. "vacía tu taza" dice el maestro... y aquello que requieres será revelado.